jueves, 21 de julio de 2016

Poesía Eslovena: Edvard Kocbek

Poesía Eslovena: Edvard Kocbek, un escritor Esloveno contemporáneo, partidista político y magnífico filósofo.
Por Luis José Arguello Reverón, en colaboración con la Asociación cultural esloveno-venezolana Srečko Kosovel y el Grupo Investigador de Literaturas en el Mundo de la Universidad de Los Andes

Vida y obra de Edvard Kocbek
Edvard Kocbek
            Edvard Kocbek fue considerado un reconocido partidista político alrededor del año 1940, aunque poco después se vuelve un gran “desconocido” escritor del este de Europa. Kocbek nació en 1904 en Eslovenia, al sureste de lo que era Austria en ese tiempo. Inspirado por las ideologías católicas, desde que era niño sintió la iglesia como su segundo hogar. Debido a ese profundo sentimiento hacia el catolicismo, después de haber estudiado Letras Clásicas y Lenguas Extranjeras, Kocbek decidió establecerse en Maribor con la intención de ser sacerdote en el seminario católico. Sin embargo, abandonó el seminario inmediatamente debido a los bombardeos de la Primera Guerra Mundial. Además, Kocbek estaba en desacuerdo con el exceso de reglas estrictas establecidas por sus superiores. De allí, viajó a Ljubljana para estudiar las Lenguas Romances y Literatura, aunque siempre manteniendo un vínculo personal con el catolicismo. Motivado por el joven poeta Srečko Kosovel, Kocbek comenzó a escribir algunos poemas y artículos para una revista denominada Fire, basando sus ideas y estilo de escritura en el movimiento vanguardista. Asimismo, viajó a Berlín y a Francia, donde adaptó el expresionismo y el surrealismo como corrientes literarias relevantes para la creación de sus próximos escritos. 

Edvard Kocbek, un magnífico filósofo

            Desde ese momento, nace en Kocbek una nueva criatura: el pensador y/o filósofo. Cuando vuelve a Eslovenia, comienza a escribir algunos poemas en los cuales trata de establecer una reconciliación pura entre la esencia de la vida y su copia expuesta en el plano de lo visible. De este modo, aun cuando Kocbek forma parte de una época contemporánea, inclinó su estilo poético hacia una rama estética del romanticismo; alguna clase de realismo metafísico en el que el mundo natural requiere ser dominado por las sensaciones de nuestras almas. En la introducción a su volumen de poemas seleccionados Nothing is Lost (Nada está Perdido), Kocbek expone: “un hombre representa una realidad heterogénea en un ser homogéneo, por lo que no puede estar exhausto espiritual, física o socialmente… El problema del hombre es en el análisis final un asunto de religiosidad[1]” (2004, p. 4). Esto podría significar que ningún hombre es capaz de reconciliarse con su propia substancia en un nivel más inteligible de entendimiento si no existen aspectos espirituales de por medio que creen una conexión entre la naturaleza física de un ser y su origen universal. Indiscutiblemente, estos aspectos deben ser parte de la base comprensible de dicho ser: el alma,  que se encarga de conectar la mente con las sensaciones experimentadas cada vez que lo inteligible es evocado.

[1] Cita extraída del texto original en inglés y traducida por Luis Arguello. Introducción del volumen original de poemas seleccionados Nothing is Lost, por Edvard Kocbek (2004) 

Un escritor y partidista político en los ámbitos de la Segunda Guerra Mundial

Kocbek (Tercero desde la derecha)con un grupo de Líderes
yugoslavos de la resistencia comunista en Bosnia (1944)
            A pesar del surgimiento de estas ideologías y pensamientos filosóficos, Kocbek no fue indiferente a las situaciones sociales y políticas por las que su nación estaba pasando. La Segunda Guerra Mundial había llegado a Eslovenia y sus países vecinos se inclinaron a las ideologías fascistas, escenario que representó una acción repugnante para Kocbek. De esta forma, decidió confrontar el Fascismo (y a su vez, el Vaticano) a través de algunos ensayos en los cuales declaró que la espiritualidad no estaba en la disposición de ser seducida por personas que sólo desean sobresalir como iconos de autoridad y poder para controlar e ignorar los pensamientos de una sociedad inocente. Para Kocbek, la espiritualidad tenía que ir más allá de todas las ideologías comunes propuestas por  esos hombres que buscan sus propios beneficios y cierran sus ojos a la importancia de una verdadera conexión “mente-espíritu”. Partiendo de allí, Kocbek fue condenado a castigos severos debido a la supuesta herejía implícita en el mensaje de sus escritos.        
         En 1941, Kocbek fue nominado el primer líder de los movimientos Anti-Fascistas en Eslovenia y obtuvo el rango de General en el año 1943, mientras era un partidista. No obstante, por un lapso aproximado de diez años fue obligado a mantenerse en silencio debido a la persecución que las fuerzas fascistas habían organizado en su contra. Durante esos años, Kocbek no detuvo la producción de sus escritos y escribió diversos poemas y pensamientos en los cuales expresaba los momentos depresivos que su alma y espíritu afrontaban por tal persecución. En consecuencia, su ausencia temporal lo volvió un disidente con aspecto de héroe y ejemplo a seguir por las futuras generaciones en Eslovenia, a través de cada poema y pensamiento pronunciado por él. Considerado como uno de los más relevantes pensadores y filósofos en su nación, Edvard Kocbek fallece en 1981; constituyéndose su nombre como el superhombre que moldeó la sociedad Eslovena usando como herramienta fundamental sus ideales y su lucha contra cualquier obstáculo que restringiese el vuelo libre de la mente y el alma humana.

Aspectos filosóficos de Hegel en el poema All Doors are Open (Todas las Puertas están Abiertas) de Edvard Kocbek: la persecución de la Mente y sus ideales mediante una sensación interior de culpa.
                Desde que Kocbek escribe sus ensayos y volúmenes de poemas, ha dejado claro que el rol de un verdadero poeta es disolver y reconstruir su propio mundo mediante el auténtico poder de la imaginación. Indudablemente, aprendió a jugar con la holgura de su conciencia con la intención de traer al presente la reminiscencia de su mente directamente desde el hogar de los ideales aún no evocados; ya que anhelaba combatir el silencio de ese vacío repugnante erigido en su mente. De esta manera, Kocbek sabía sobre el nuevo mundo interior que se estaba creando en su mente y alma a través del conocimiento profundo de los términos “noche”, “inexistencia”  y “vacío”; así podría vislumbrar la sociedad modelo con la que estaba lidiando. Desde ese momento, Kocbek entendió que su victoria no era tan importante como el proceso por el cual tenía que pasar para acelerar el desarrollo de su mente como un ser “cambiante”, jamás estático.
               En conformidad, el propósito trascendental que Kocbek quería alcanzar mediante este proceso de invocación de lo inteligible, era el de hacer uso de sus tiempos pasados para reflejar así una manera de escapar de lo común y superfluo en las generaciones futuras bajo la consigna de “ir siempre más allá”. Igualmente, quería manifestar que cualquier ideología es suficiente para esclavizar las mentes de los humanos mientras ellos no sean capaces de practicar espontáneamente los principios más profundos de la espiritualidad; el único método usado para combatir las cualidades sombrías de las ideologías convencionales. Por esta razón, Kocbek declara que la poesía que él propone va dirigida a esas multitudes inocentes que aspiran liberar sus mentes de todo lo pragmático y el sin sentido, basado principalmente en el oxígeno de todo hombre moderno: la imaginación. Por consiguiente, de acuerdo con Kocbek, un pensamiento único e innovador puede provocar un despertar de ideales desde lo más profundo de una mente, el cual tiene la pericia de enfrentar la opresión de los enemigos; aún cuando éste represente el primer signo de un futuro castigo del alma, que podría traer una sensación amarga de culpa por el sólo hecho de “ser”, y “ser diferente”.
             Frente a esta situación, Kocbek comprendió que realmente quería arriesgar su propia vida (si era posible) para escribir lo que sentía y pensaba con respecto al escenario que estaba resistiendo. Decidió también que todos sus poemas debían denunciar el proceder y la impotencia que en él causaba el dominio adulterado de personas ajenas a su perspectiva de la vida. Es aquí el momento en el cual Kocbek escribe un conglomerado de poemas seleccionados en un volumen llamado Embers in the House of Night (Brasas en la Casa de la Noche), donde cada poema por separado contiene un misterio filosófico a resolver debido a las numerosas experiencias personales reflejadas en ellos. De este volumen surge un poema específico que representa una obra autobiográfica breve y completa sobre Kocbek y los misterios oscuros en su mente: All Doors are Open (Todas las Puertas están Abiertas). Este poema manifiesta el castigo y la culpa sobrentendida en la vida de Kocbek mientras combatía las fuerzas que mentían a sus espaldas y desestabilizaron el mundo que él y otros que compartían su misma ideología habían instituido a través de la conexión mente-espíritu. De igual forma, en este poema Kocbek imputa la inestabilidad de un gobierno burocrático que castiga sus pioneros de buen pensamiento únicamente para encubrir su delito del mal uso de la retórica, ya que habían perdido el control de la verdadera esencia del discurso proclamado al inicio de su mandato. En resumen, eso que Kocbek detalla en los hechos autobiográficos en este poema, es persecución; la persecución de su mente y sus ideales, los cuales personifican el misterio de su razonamiento filosófico. 
          El poema All Doors are Open requiere un análisis esencialmente filosófico que sea capaz de descifrar el misterio escondido en la mente de Kocbek y las sensaciones que sentía mientras su mano iba relatando lo que su mente le iba dictando. Por lo tanto, el filósofo Georg Hegel irrumpe como el personaje más indicado para tratar estas clases de fenómenos. Hegel ya había estudiado por muchos años las conductas y alteraciones de la mente y el espíritu debidas al vuelo limitado del pensamiento, causado por el encierro del “libre pensar” sobre lo que es extraño y poco perceptible a la lógica común. De acuerdo con Hegel, las cosas que tienen sus propias características vivientes, a su vez tienen la cualidad de concebir su propio ser mediante un proceso denominado always becoming (siempre cambiante[2]). Es decir, Hegel describe la mente como un ser dinámico que no para de procesar información hasta que no inicia su propio proceso, el cual es analizar los impulsos enviados al alma para evocar un razonamiento superior al usual y frecuente que caracteriza a la humanidad. En su obra maestra La Filosofía de la Mente (The Philosophy of Mind) Hegel explica un sinnúmero de procesos  involucrados en el desarrollo de la mente y, a su vez, la describe como un ser idóneo para crear su propio contexto y situaciones en las cuales las ideas evocadas desde el más alto nivel de entendimiento no pueden considerarse parte de lo ordinario y conocido (1894, p. 8). Por esta razón, Hegel parece tener la respuesta al confuso enigma representado en el poema de Kocbek, quien codiciaba la libertad de sus ideas a través de la evocación de sus reminiscencias pasadas para establecerlas de una manera descriptiva en cada línea de este poema.


[2] Proceso utilizado por Hegel para describir más claramente el ser como una criatura que se mantiene en constante dinamismo, capaz de crear situaciones que ponen en movimiento a la mente y al alma en actividades que implican acciones de pensamientos y sensaciones. 
            
           Ahora, para emprender el análisis de este poema, es importante precisar que Kocbek tenía un sueño: vincular su propio sentido de ser en una sola entelequia con el mundo; aun cuando experimentó haber electo la peor vía al final. Posiblemente fue esta la razón por la cual se sintió perseguido por ese mundo que no aceptó un idealismo estético en su haber, ya que había antes insistido en la ideología de un despertar en la imaginación mientras que el mundo, por otro lado, insistía en salvaguardar el mismo pragmatismo impuesto por lo visible a su alrededor. En consecuencia, Kocbek consideró oportuna la idea de abandonar sus deseos y desahogarse entre líneas con la intención de producir algo que representase la desolación, la soledad y la persecución de sus ideas.
El poema inicia:


“The world is full of blood-thirsty
persecutors,
but the worst persecution is
when you are not hunted,
but still act like a lost wild animal
tracked by an invisible hunter:…”

El mundo está saturado de perseguidores sedientos de sangre,
no obstante la persecución más terrible es cuando no eres cazado,
sino que aún actúas como un animal salvaje y desolado,
rastreado por un cazador invisible:...
El poema inicia:

“The world is full of blood-thirsty
persecutors,
but the worst persecution is
when you are not hunted,
but still act like a lost wild animal
tracked by an invisible hunter:…”

El mundo está saturado de perseguidores sedientos de sangre,
no obstante la persecución más terrible es cuando no eres cazado,
sino que aún actúas como un animal salvaje y desolado,
rastreado por un cazador invisible:...

            Las primeras líneas de este poema traen a discusión la posibilidad de apuntar que Kocbek se encontraba en un estado de trance en el cual se sintió perseguido por el mundo externo que lo rodeaba. Ese reconcomio posiblemente demuestra su terror hacia las experiencias de sus años pasados como partidista y esa sensación  de incertidumbre que sufrió durante esos momentos de oscuridad, en completa desolación. Según Hegel (1894), algunas veces la mente actúa por alteraciones físicas (physical alterations), evocando reminiscencias negativas de lo que representó una completa pesadilla en tiempos pasados; en donde nuestros pensamientos fueron encerrados en otras situaciones que se encuentran considerablemente alejadas de lo que afrontamos actualmente. Hegel explica:
Cuando la individualidad o ser egocéntrico se distingue a sí mismo de su mero ser, este juicio inmediato viene a ser el despertar del alma, el cual confronta su esencia natural ensimismada a primera instancia como una cualidad natural del ser, permitiendo que un estado del ser, confronte otro estado del ser[1] (1894, p. 18)

            A este punto, Hegel hace énfasis en clarificar la escena en la cual suponíamos que  Kocbek se encontraba en un estado de trance. Es decir, aquello que parecía ser un estado de trance por un momento, en realidad viene a ser un proceso denominado por Hegel como el despertar del alma (the waking of the soul). En este proceso, la mente envía impulsos inmediatos al alma por medio de reminiscencias pasadas para crear una manera interna de actuar frente a esos sentimientos. Además, esta es la razón por la que Kocbek declaró en su poema que “la peor persecución es cuando no eres cazado”, ya que existe una persecución mental que genera una incierta intuición de espionaje que lo hace “actuar como un animal salvaje perdido, rastreado por un cazador invisible”; tal cazador invisible viene a ser el pasado y sus recuerdos. De aquí, ese “animal salvaje perdido” podría representar la mente de Kocbek (o su razonamiento) la cual es asechada por los recuerdos evocados en ese momento cuando quiso retroceder en el tiempo y analizar la razón de dicha persecución, ya que sólo así sabría el verdadero significado de esa sensación de ser “emboscado” por su pasado.

            El poema continúa:
when
you sit in your studio drinking coffee
or stretching bored in the office,
when even the fanciest cigar in your mouth
cannot relieve you from a dreadful sense of guilt
as if someone has a grip on you, making you
perspire with deadly fear, wishing, either you
didn't know who you were or could
throw yourself from the ninth floor.

Cuando
estas en tu morada tomando un café o tendido de aburrimiento en la oficina, cuando ni siquiera el más lujoso cigarrillo en tu boca
puede librarte de esa terrible sensación de culpa
como si alguien tuviese un dominio sobre ti, haciéndote
 sudar con miedo mortal, deseando, bien sea que no supieses quién eres o que pudieras
 lanzarte del noveno piso.


            Sucesivamente, Kocbek continúa describiendo esta sensación exhaustiva como una criatura que camina a su lado, estando internamente con él en todas partes. Dondequiera que esté, encuentra esa persecución, incluso cuando trata de relajarse y descansar su cuerpo y mente. No obstante, esta vez Kocbek percibe una nueva sensación que va tomada de la mano con esta previa de la persecución: “una sensación terrible de culpa”, la cual podría ser indudablemente considerada el origen de esa persecución interna en su conciencia. A su vez, esa sensación de culpa permite que Kocbek sienta como “si alguien tuviese un dominio sobre él” y esto denota cierta impresión de espionaje; lo cual le impide relajar su alma y mente. Por el contrario, esta sensación de culpa crea en él una fluctuación que genera esta extraña persecución de su mente y sus ideales.

            De este modo, Hegel (1894) considera este comportamiento de la mente como un proceso que tiene que ver con un encuentro entre pensamientos y recuerdos, creando así una confrontación mental que forja un estado de sensibilidad (sensibility) en la conciencia de un ser; aunque este sea temporal. Hegel declara: “La sustancia de la sensación es entonces confinada y temporal, perteneciendo naturalmente como un ser inmediato, a aquello que es cualitativo y limitado[2]” (1894, p.21). Hegel corrobora que esta sensación mental no es eterna, sino temporal; ya que ésta pertenece al plano de lo superficial y de las reminiscencias evocadas. Por otro lado, Hegel también expresa que aunque ese estado de sensibilidad es temporal y no afecta directamente la conciencia, está propenso a permitir el paso de cualquier ser en un encuentro filosófico consigo mismo mediante una vuelta al pasado. Este proceso permite al ser tomar las experiencias de esos recuerdos pasados para así facilitar la evocación de algunos sentimientos que tienen una repercusión negativa la mente y el alma.  Hegel establece:
En el uso del lenguaje ordinario, la sensación y el sentimiento no se distinguen con claridad. Aunque todavía no hablamos de la sensación, -sino del sentimiento (como sentido) de lo justo, del ego: así el sentimentalismo (sensibilidad) está conectado con la sensación. Por lo tanto debemos decir que la sensación enfatiza más bien el lado de la pasividad -el hecho de hallarnos sintiendo, esto es, la urgencia del modo en sentir- mientras que el sentimiento al mismo tiempo se da cuenta del hecho que somos nosotros mismos quienes sentimos[3] (1894, p.25)

            Hasta ahora, esta persecución y esta sensación de culpa que Kocbek siente en su interior son consideradas el resultado de una confrontación mental que tiene que ver con sus recuerdos y sus percepciones personales de la vida. Posiblemente Kocbek siente impotencia frente a este deseo de haber establecido un mejor legado de sus ideales a sus enemigos. Sin embargo, reconoce que esas sensaciones no son positivas y lo hacen “sudar con miedo mortal”, ya que éstas quieren blanquear su mente y así eliminar su razonamiento y los ideales propuestos para crear una manera de vivir mejor en su conciencia. De ahí, Kocbek revela que los sentimientos que él está experimentando son parte de una era pasada que le dejó una mala sensación en su mente, y ahora se siente perseguido por ella, sufriendo constantemente porque su mente se convirtió en víctima de su pasado.

            El poema concluye:
This persecution is the most horrifying flight
from oneself, the most fatal capture.
Nothing helps, even though all doors are open
and all guns at your disposal, when you sit
amid black night or clear day
unable to move from the deadly fear
of an unknown, ineffable guilt.
Esta persecución es el vuelo más terrible desde uno mismo,
la más terrible captura.
Nada ayuda, a pesar de que todas las puertas están abiertas y todas las armas a tu disposición, cuando
estás entre la noche negra o  en medio de un día despejado
incapaz de escapar del miedo mortal de una desconocida, inefable culpa.

            Desde este momento, Kocbek se rinde y se da cuenta que esa sensación de culpa estará siempre a su lado aunque él quiera liberar su mente de esa persecución descrita como “aterradora” y como “la más terrible captura”. Kocbek quiere confirmar que la peor sensación que una persona puede sentir es esa de sentirse perseguido no sólo físicamente, sino también mentalmente; por medio de las reminiscencias de su mente y sus ideales. Además, Kocbek usa una alegoría donde se ve a sí mismo en un callejón sin salida y, aún cuando está armado y todo parece estar de su lado, no hay manera de escapar del enemigo y las fuerzas que ha preparado para controlarlo.

            De consecuencia, Hegel (1894) declara que esta última situación en la cual Kocbek estaba implicado pertenece a un proceso mental mejor conocido como recolección (recollection), en el cual la mente primero intuye las posibles acciones a acontecer, del pasado al presente. En segundo lugar, la mente hace una representación de esas acciones mediante una evocación de ideales que serán adaptadas a ellas y, finalmente esta (la mente) recolecta toda la información necesaria para enviar imágenes espontáneas al alma y generar así respuestas negativas a la conciencia. Hegel establece:
“… El recuerdo es la referencia de la imagen a una intuición, y es considerada una subsunción de la única intuición inmediata (impresión) bajo la representación de un punto universal, bajo la representación (idea) con el mismo fondo[4]” (1894, p. 72). Este proceso de recolección (recollection) no sería posible sin la intervención de capacidades intelectuales que formen parte de la inteligencia de un ser; ya que las imágenes que la mente envía al alma son primero sujetas a análisis a través de una asociación de ideas que permite una evocación auténtica de las reminiscencias escogidas por la mente desde su pasado. Por lo tanto, Hegel explica que todas las imágenes en la mente necesitan de “una intuición concreta” que sea capaz de trabajar con una habilidad creativa de imaginación para establecer los patrones ideales de pensamiento y luego ser enviados al alma, la cual vendrá a ser un sentimiento expreso en la conciencia de una persona.

            Como consecuencia, de acuerdo con las aseveraciones de Hegel, Kocbek se encontraba en un estado de frustración inducido por una sensación de culpa que le permitió pasar a otra dimensión de entendimiento donde sintió cierta persecución por medio de las reminiscencias que su mente recalcó en su alma. La mente de Kocbek se puede juzgar como la única responsable de esa sensación de culpa interior. Entonces, la respuesta al enigma plasmado en este poema podría ser que él no fue capaz de regresar del viaje de sus recuerdos y fue más allá de sus reminiscencias vividas, creando otro mundo al lado de sus sentimientos pasados donde provocó una evocación de recuerdos que lo perseguían. Esta es la razón por la cual Kocbek dice que “… Nada ayuda, aunque todas las puertas estén abiertas y todas las armas a tu disposición…”, ya que aún cuando él desea sanar su vida por medio de la evocación de sus recuerdos para reflexionar en ellos y enviar impulsos positivos a su alma, él encuentra que éste es un hecho imposible debido a la imposición causada por la persecución generada por esa sensación de culpa en su mente. De ahora en adelante, cada actividad implementada por Kocbek para escapar de esa tenebrosa sensación en su mente no lo hará libre de esa “culpa inefable” que él está experimentando por días y noches,  conjuntamente con esa persecución de sus ideales; ya que su pasado continúa manifestando un dominio sobre él.

            A continuación, el poema All Doors are Open en tres idiomas: esloveno (versión original por Edvard Kocbek), inglés (traducido por Sonia Kravanja) y español (traducido por Luis Arguello, autor de este artículo de investigación).  


Odprta so vsa vrata

Povsod po svetu divjajo preganjalci,
toda najhujše je tisto preganjanje,
kadar te nihce ne lovi, pa se vendar
obnašaš kot izgubljena divja zival,
ko jo nevidni lovec zasleduje: ce
sediš doma v delovni sobi in piješ kavo
ali se v uradu dolgocasno preteguješ
in te niti najdrazja cigara v ustih
ne reši grozovitega obcutka krivde in
te ima nekdo resnicno v pesti, da se
potiš od smrtnega strahu in najrajši
sploh ne bi vede! zase ali pa bi se
pri prici vrgel iz devetega nadstropja.
To preganjanje je najstrašnejši beg
pred samim seboj in najusodnejša ujetost.
Nic ti ne pomaga, vsa vrsta so odprta
in vse pištole so ti na razpolago, ti
pa se sredi temne noci ali jasnega dneva
ne moreš niti ganiti od smrtnega strahu
pred neznano in neizrekljivo usodo
.

Original poem from: Zbrane pesmi (Selected Poems). Edvard Kocbek.
All Doors are Open

The world is full of blood-thirsty persecutors,
but the worst persecution is
when you are not hunted,
but still act like a lost wild animal
tracked by an invisible hunter: when
you sit in your studio drinking coffee
or stretching bored in the office,
when even the fanciest cigar in your mouth
cannot relieve you from a dreadful sense of guilt
as if someone has a grip on you, making you
perspire with deadly fear, wishing, either you
didn't know who you were or could
throw yourself from the ninth floor.
This persecution is the most horrifying flight
from oneself, the most fatal capture.
Nothing helps, even though all doors are open
and all guns at your disposal, when you sit
amid black night or clear day
unable to move from the deadly fear
of an unknown, ineffable guilt.

Translation by Sonia Kravanja from: Embers in the House of Night (Selected Poems)







Todas las Puertas están Abiertas

El mundo está saturado de perseguidores sedientos de sangre;
no obstante la persecución más terrible es cuando no eres cazado,
sino que aún actúas como un animal salvaje y desolado,
rastreado por un cazador invisible: cuando
estás en tu morada tomando un café o tendido de aburrimiento en la oficina, cuando ni siquiera el más lujoso cigarrillo en tu boca
puede librarte de esa terrible sensación de culpa
como si alguien tuviese un dominio sobre ti, haciéndote sudar con miedo mortal, deseando, bien sea que no supieses quién eres o que pudieras
 lanzarte del noveno piso. Esta persecución es el vuelo más terrible desde uno mismo,
la más terrible captura.
Nada ayuda, a pesar de que todas las puertas están abiertas y todas las armas a tu disposición, cuando
estás entre la noche negra o  en medio de un día despejado
incapaz de escapar del miedo mortal de una desconocida, inefable culpa.

Traducido por Luis Arguello. 2016.



Mérida, Venezuela. 2016






Referencias bibliográficas



Cox, J. (2005). Slovenia: Evolving Loyalties. New York: Routledge Tailor & Francis Group.
Hegel, G. (1894). Hegel’s Philosophy of Mind. Oxford, London: Oxford University Press Warehouse.
Hegel, G. (1910). The Phenomenology of Mind. New York: The McMillan Company.
Kocbek, E. (2004). Nothing is Lost: Selected Poems (Translated by Scammel M, and Taufer V). New Jersey, USA: Princeton University Press.
Kocbek, E. (1999). Embers in the House of Night (Translated by Kravanja, S.). Santa Fe: Lumen Books.





[1] Cita traída del texto original en inglés y traducida por Luis Arguello. Obra maestra de Georg Hegel La Filosofía de la Mente (1894). (The Philosophy of Mind). 
[2] Cita traída del texto original en inglés y traducida por Luis Arguello. Obra maestra de Georg Hegel La Filosofía de la Mente (1894, p. 21). (The Philosophy of Mind). Explicación del proceso de alteraciones mentales sensibilidad.
[3] Cita traída del texto original en inglés y traducida por Luis Arguello. Obra maestra de Georg Hegel La Filosofía de la Mente (1894, p. 25). (The Philosophy of Mind).
[4] Cita traída del texto original en inglés y traducida por Luis Arguello. Obra maestra de Georg Hegel La Filosofía de la Mente (1894, p. 72). (The Philosophy of Mind). Explicación del término recuerdo como una actividad de la mente que implica un proceso de evocación de lo universal; puesto que son ideales pertenecientes al plano de lo no visible.
  






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